El conocimiento del “yo” es la esencia misma del “saber ser”. En cualquier persona existen tres yoes distintos:

Lo ideal siempre será que estos tres puedan coincidir.

El secreto está en el autoanálisis, en realizar una autocrítica, pero con cuidado, sin excederse. Debemos de despacio y por lo tanto, poco a poco, como si construyéramos ladrillo a ladrillo una casa. Hemos de llevarlo a cabo lentamente, sin prisas, sin angustias, con alegría.

Tenemos que tener en cuenta que obviamente, no es nada fácil, pero lo esencial y más importante es conseguir que el YO que uno es coincida de algún modo con el que uno cree ser. Si todo ello o podemos conseguir, el resto de cosas serán sencillas.

Hay que ser prudentes en la autocrítica, porque puede suceder que te pases o que no llegues. Si no llegas, mal está. Si te pasas, es peor: el exceso de autocrítica produce un efecto contrario, genera angustia e inseguridad y paraliza nuestra acción.

LA SEGURIDAD EN UNO MISMO

Y es que es importante tener en cuenta que la seguridad que tiene en uno mismo será el resultado del conocimiento interno del YO y por lo tanto, de su corolario, con la aceptación del YO. Conocimiento del yo + aceptación del yo = SEGURIDAD EN UNO MISMO.

LA NATURALIDAD

La NATURALIDAD consiste sencillamente en que el YO que uno es, sea lo más parecido posible al YO que ven los demás. Para hacer todo lo anterior necesitaremos los requisitos que mostramos a continuación:

EL TALANTE

Y es que el modo de ser, y por lo tanto, el modo de expresarse, o de actuar y por lo tanto, de comportarse ante las demás personas, será positivo cuando está fundamentado en la afabilidad, la tolerancia y el respeto a los demás (sean superiores, iguales o inferiores). Un talante positivo, nos vuelve simpáticos ante los demás.

LA SIMPATÍA

La simpatía será modo de ser y carácter de una persona que la harán atractiva y más agradable hacia las demás personas. Ese modo de ser y ese carácter han de ser positivos, es decir, inspirados y fundados en la tolerancia, la afabilidad, el respeto a los demás, en nuestro sincero deseo de comprender, ser útiles y agradables en nuestro comportamiento y relaciones con los demás .

La simpatía puede nacer con la persona, pero por supuesto se puede aprender:

·La simpatía multiplica por mil la eficacia de una persona.

·Cuesta lo mismo ser simpático que antipático, y es mucho más agradable y rentable lo primero.

·A un simpático se le perdonan errores. A un antipático, jamás.

·Un simpático y un antipático hacen la misma “cosa”, con igual esfuerzo y rigor. El 99,99 por ciento de los casos, el resultado estadístico será: la “cosa” hecha por el simpático gozará por lo menos de un 50 por ciento más de eficacia que la misma “cosa” realizada por el antipático.

EL TACTO

Es la sensibilidad de la persona para no molestar, es decir, para no fastidiar al prójimo.

LA IMPERTINENCIA

La impertinencia es justamente lo contrario del tacto. Con la suma del siguiente matiz: la falta de respeto o el desprecio a la dignidad de la persona que la recibe.

Existen impertinentes que lo son porque lo quieren, y también existen los que lo son sin saberlo. Y esto ¿por qué? Porque la impertinencia es hija de la “negativa vanidad” y “nieta de la soberbia”. Y es curioso que los impertinentes no lo sean para con personas importantes y poderosas., lo que nos dice que los impertinentes saben muy bien con quien serlo.

La pregunta que se debe de hacer alguien es poder averiguar cuál será la clave para el tacto y de la no-impertinencia, pues es claro que la respuesta será l prudencia. Las personas prudentes, que piensan primero y actúan después rara vez meten la pata.

EL SENTIDO DEL HUMOR

Cuando hablamos del sentido del humor, hay que comentar que este consiste en tener la capacidad de ciertas personas para poder “reírse de uno mismo”, y por lo tanto, de no tomarse demasiado en serio. De reírse por dentro y sin mala idea de las tonterías y frivolidades de otras personas, así como de lo absurdo que con frecuencia sucede en la vida.

EL INGENIO

Es la habilidad o talento para inventar cosas. También es le talento para mostrar el aspecto gracioso de las cosas o para inventar y contar chistes, anécdotas o historias divertidas. El poseer ingenio es bueno si está bien controlado por el sentido común, la razón y una auténtica seriedad de vida.

EL AUTOCONTROL O “SELF CONTROL”

Autocontrol = Dominio de la razón sobre las emociones

En la vida, y especialmente para el ejecutivo de cualquier tipo. El político, el diplomático, el investigador o científico, la capacidad de auto-dominarse, de auto-controlarse y de no dejarse llevar por las emociones es esencial.

El camino de “self control” debe de comienzar por el autoanálisis y por ello, debe terminar por el sentido del humor. Y es que gracias a esos ambos caminos, y por ellos podremos “enfriarnos” incluso cuando por dentro, bien “calientes”, nos sintamos al “rojo vivo”.

En situaciones de descontrol pensamos peor, lo que perjudica nuestra eficacia, y puede con facilidad llevarnos al error.

¿Cómo hacerlo, entonces? Tomándonos tiempo para la reflexión.