Los anillos lapislázuli representan un regalo perfecto para las mujeres. En casi cualquier ocasión se puede obsequiar uno de estos y, de seguro, quien lo reciba estará completamente encantado. Este precioso regalo permite recordarle a algún ser amado, lo especial que es en nuestra vida y le confiere elegancia y gracia a sus manos.
Origen de su Nombre
Este nombre, responde a la piedra preciosa que normalmente engalana al anillo. La combinación de palabras “lapis”, procede del latín y significa piedra; y “azuli”, proviene del árabe y significa azul. Esta piedra simboliza valores como la verdad y la amistad.
Con base en ello, el lapislázuli se ha convertido en una de las piedras más buscadas, a través de la historia de la humanidad. Siendo su principal característica, la coloración azul profundo, que por mucho tiempo ha sido el símbolo de la realeza y el honor; según las culturas, también puede significar el poder y el espíritu.
Un dato que también le confiere valor a esta hermosa piedra es que, en la Edad Media era utilizada para adquirir su pigmentación propia y usarla para teñir telas. De igual modo, los pintores las usaban para embellecer sus obras gracias a su pigmentación.
Por esta razón, es posible encontrar esta gema incrustada en columnas y paredes de diversos lugares importantes en países del Medio Oriente y de Europa.
¿Cómo identificar su autenticidad?
El material usado para darle cuerpo al añillo, no representa gran importancia, pueden ser de latón, plata, oro, entre otros. No obstante, cuando un cliente pregunta por un anillo con este nombre especifico, lo que en realidad le interesa es la originalidad de la piedra.
Puede que, el vendedor prometa que la gema provenga de los yacimientos en Afganistan, lugar de donde proviene el lapislázuli. Pero, si lo que el cliente quiere es corroborar por su mismo ojo si se trata de una piedra original, debe verificar las siguientes características:
- Los colores de la gema: Debe ser azul homogéneo, es decir, sin filamentos de otros colores, como blanco o morado. Pero sí debe reflejar destellos dorados.
- Al pasar por encima un algodón con alcohol, no debe desteñir su color o dejar fragmentos en el algodón.
- El lapislázuli original posee pirita, si este elemento falta en la piedra observada, puede tratarse de una imitación.
- Finalmente, el precio, si la pieza ofrecida es de bajo coste, se generan sospechas, puesto que es una gema a la que se le atribuye un alto valor.