Es justo otorgar a las perlas el lugar que les corresponde en el mundo de la moda y su papel en los estilismos más imitados de la historia.

En primer lugar, debes tener en consideración que se debe desterrar la idea de que las perlas sólo pueden utilizarse con looks clásicos y formales. No negaremos que el colmo de lo chic es un collar de perlas acompañando a un vestidito negro, pero las más reticentes tampoco podéis obviar que con ellas se pueden construir estilismos de lo más modernos sólo con unos vaqueros, camiseta, unas zapatillas converse y un maxi collar de perlas de varias vueltas.

En segundo lugar, es conveniente diferenciar entre las naturales, las cultivadas y las falsas (o por lo menos que te suenen). Sin embargo, no debes tener ningún reparo a la hora de lucir orgullosa unas maravillosas perlas falsas. Coco Chanel lo hacía y reservaba las auténticas para su deleite personal e íntimo. También era falso uno de los collares de perlas más emblemáticos del celuloide, el de Audrey Hepburn en la escena inicial de Desayuno con diamantes.

Las perlas favorecen a cualquier mujer (otra cosa es que te gusten más o menos), pero es interesante que sepas qué tono es el que mejor te sienta:

Perlas blancas o grises

Lucen especialmente radiantes en el invierno y armonizan con aquellas mujeres con pieles en tonos blancos, negros o rosados.

Perlas rosadas

El verano es su estación y las mujeres de cabello rubio o y piel dorada las más indicadas para llevarlas.

Perlas color crema

Sus estaciones son el otoño y la primavera y las candidatas perfectas para lucirlas las mujeres morenas, con tonos intensos y cálidos en su cabello y en su piel. A estas últimas también les favorecen las perlas negras o grises, al igual que a las mujeres con cabello oscuro, piel blanca y ojos claros.

Si son de las buenas, mucho cuidado con su limpieza. Alerta máxima con perfumes, lacas y cosméticos. El sudor y las grasas naturales de nuestro cuerpo también pueden dañarlas.